Sexo e Imaginación

Expresiones como: “El órgano más importante del placer es el cerebro” o “El cerebro es un órgano sexual más”, no son frases que siempre se interpreten tan fácilmente.

Entre mucho material escrito al respecto, la recopilación hecha por Sharon L. Mulligan de historias reales, presentado en su libro Fantasías Sexuales resulta una buena muestra respecto al pensamiento y su poderes de motivación y erotización.

A través de este material se nos autoriza a espiar otros cerebros y sus creaciones. Frases cortas, viñetas y pequeños segmentos extraídos de estas fantasías testimoniadas, fueron los seleccionados para una rápida ejemplificación:

Andrea, 33 años: Cuando quiero excitarme, mi cabeza enseguida se pone a tejer historias complejas. .. Generalmente tienen que ver con el cambio de roles…Nuestra favorita es la del profesor y la alumna. Comenzó cuando vi a mi novio de traje, por primera vez, con la cara afeitada y el pelo peinado con gel. Él es muy informal… al verlo así fantaseaba con que era otra persona…estaba serio, controlado… Al lado de él yo parecía una adolescente que llegaba al orgasmo con un simple contacto…

Oscar, 38 años: “Me imagino con mujeres desnudas de todas las nacionalidades: alemanas, de cabello rubio como el trigo y piel finísima y blanca; brasileras, bien morenas; colombianas, riquísimas; japonesas misteriosas, de piel de porcelana… Cada una de ellas hace lo imposible por complacerme… o me gusta pensar que me resisto y que recibo placer, sin consentimiento… Trato de librarme pero no lo consigo…”

Laura, 34 años:” Cada vez que mi novio me hace cunnilingus, imagino que estoy en una cabina de sexo oral… sigo las instrucciones…, coloque su pelvis en el orificio central… y al instante empiezo a sentir una lengua que lame vigorosamente mi pubis. Los lengüetazos me producen mucho placer, sobre todo porque no sé quien está del otro lado. Puede ser un hombre, una mujer o ambos a la vez…”

Ariel, 46 años: “Me encanta la idea de ver a mi mujer teniendo sexo con otra…Me gustaría quedarme en un rincón observándolas, sin hacer ruido… Lentamente se estimularían hasta tomar un ritmo más vertiginoso…Los gemidos se harían oír mientras ambas no pararían de tocarse mutuamente…”

Rosana, 37 años: Cada vez que pienso en él siento un calor intenso en todo el cuerpo. Recorro los rincones que sus caricias tocaban… Imagino que son sus manos y me surge un deseo incontenible… Ahora siento que la yema de mis dedos es su lengua… Se pierde en el recorrido llegando a lugares sumamente placenteros y orgásmicos. Deseo el sabor caliente de su entrepierna…Imagino complacerlo con mi boca…

Alberto, 29 años: Me excita mucho la idea de hacer el amor en un lugar público… Yo me pondría un sobretodo y ella, una minifalda, sin ropa interior. De esa manera podría taparla y nadie notaria lo que estamos haciendo… Solo nosotros sabríamos la verdad… Aunque me gustaría que alguien se diera cuenta… La chica podría ser una desconocida que está en el ómnibus, de espaldas a mí. Como no hay espacio mi cercanía no le es extraña…

Marisa, 35 años: Sueño que voy al médico y que, sin ningún motivo, me pide que me desnude para revisarme la vagina. Esa humedad de mi vagina me avergüenza porque considero que el médico está haciendo su trabajo. Pero esa misma vergüenza me excita y comienzo a mojarme aun más…

Fantasías… ¿Habrás reconocido en alguna algo de tu placer o no va por ese lado tu escenario prohibido? ¿Alguna podría servirte de disparador? ¿Tomarías algún detalle que te movilizo en un incipiente deleite?

Las fantasías podrían proyectarse en tu mente en el mismo momento de la interacción sexual, al momento que estas recibiendo el estimulo de tu pareja. Esto, lejos de provocar la pérdida de contacto entre ambos la intensifica al aumentar el placer en aquella comunión en la que su estimulo se potencia con tu pensamiento.

Hay reglas, códigos y normas en la realidad pero no hay reglas en la fantasía.

Por una mente mas erótica, creativa, atrevida y sensual, por un San Valentín con mucho sexo y amor!

Lic. Patricia