Slow Sex
¿Sabías que en el Tantra la meta del sexo es la entrega mutua? Es entregarse completamente el uno al otro, es el amor en busca de la unión. El Tantra es un acto de unión no de descarga, el orgasmo no es el fin. Aparece en nuestra cultura como una invitación a frenar, a detenerse, ¿Por qué hacer todo tan rápido? ¿Cómo sería la vida slow (lenta)?
Despertarse lentamente, comer lentamente, caminar lentamente, tomarse el tiempo para vivir cada momento tranquila y atentamente ¡hacer el amor lentamente!
El primer paso que te permitirá vivir una experiencia sexual de amor tántrico es tomar conciencia de ese presente. Es decir, tu atención tiene que estar allí, puesta en ese encuentro.
El espacio destinado para esta vivencia se enriquece de significado cuando se lo prepara, creando un escenario propicio para la concentración y el placer: velas, aromas, mantas, almohadones, flores, música, colores y calidez pondrán en alerta los sentidos potenciándolos y generando un clima que invite a quedarse ahí. El Tantra tiene mucho de rituales y vestir el ambiente es un ritual que favorecerá el camino hacia la calma.
Un encuentro de amor tántrico busca prolongar el deseo y la excitación. El orgasmo se demora intencionalmente para así aumentar la energía sexual de la pareja y con esta energía su mutua conexión. La excitación se sostiene con caricias, masajes que se alternan ambos, redescubriendo los besos y sus múltiples formas, con silencios compartidos en abrazos o intima cercanía corporal.
En esta misión de no dejar afuera ningún sentido serán bienvenidas frutas dulces y fáciles como las uvas, frutillas, higos… para compartir y darse de comer directo a la boca de uno hacia otro. Las plumas, agradables aliadas para caricias y los aceites corporales, también podrán estar allí, siempre para prolongar y potenciar la energía y la excitación.
Serán parte importante de este prolongado intercambio las manos , la boca, la estimulación en todas sus formas, el slow sex te ofrecerá una buena ocasión para registrar mejor preferencias tuyas o de tu pareja. La respiración relajada y consciente será una aliada en el manejo de los tiempos y la duración de la experiencia.
La penetración es lenta y suave para que la excitación aumente pero no culmine. De ser necesario se detienen los movimientos, una penetración quieta y serena favorecerá la unión y la relajación. Para el Tantra, la eyaculación no es necesaria pero cuando llegue el momento y surja, se liberará la energía en un orgasmo de potencia e intensidad.
La organización y preparación previa de recursos, objetos y delicias que vestirán “el altar” probablemente se convierta en un programa en si mismo de fantasías y planificación. ¡Celebren la unión y disfruten!
De Afrodita de Isabel Allende:
“… lo veíamos arrastrar al dormitorio el biombo policromado, las alfombras y los cojines turcos de la sala, enchufar altoparlantes, cubrir la lámpara con pañuelos de seda y prepara misteriosos cocteles con cerezas al maraschino, acompañados por tostadas con caviar. Una vez cerrada la puerta, oíamos los boleros y valses peruanos, cuya finalidad no era solo animar esa discreta orgia privada, sino sobre todo atenuar las palabras y suspiros de amor.”